El enfoque de las empresas puede variar significativamente de una a otra. Sin embargo, podemos identificar claramente dos grandes tipos de orientaciones:

Orientación al producto

Este es el tipo de orientación más utilizado en la antigüedad y sobre todo en comunidades pequeñas. En él destaca la idea de centrarse en el producto, la disponibilidad de recursos y las expectativas de la empresa para producir un bien o brindar un servicio y venderlo en las condiciones que le sean favorables a su criterio. No existe consideración mayor sobre los intereses o expectativas de los consumidores, ni por su experiencia o satisfacción con el producto o servicio.

Orientación al mercado

Es el tipo de orientación predominante hoy. Se caracteriza por intentar suplir las necesidades y expectativas de los consumidores target de nuestro producto o servicio. Ya no producimos en función de nuestras variables internas, sino por el contrario de acuerdo a lo que quienes son potenciales compradores de nuestros productos están esperando. Esto se logra a través de un acercamiento a los clientes, la investigación de mercado, la escucha constante y la cuidadosa definición de las gamas y líneas de productos.

¿Qué motiva el cambio de una a otra?

La globalización de los mercados y la adopción masiva de internet son responsables de los factores clave del cambio y orientación al mercado:

La información con la que cuentan los consumidores
Nuevas propuestas y tendencias en productos y servicios alrededor del mundo.

La competencia internacional
Los consumidores disponen de muchas opciones para comprar sus productos.

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